Afeitado a navaja, unas palabras de un novato

Combinación piel delicada pelo duro, nada nuevo ya que esto sumado a un afeitado diario a base de multi-hojas es lo que a muchos nos llevo en su momento a buscar algo mejor, y finalmente a los foros de Internet.

Pasado el punto en el que ya se consiga el CdB, y no solo eso sino que es posible sin irritación y con asiduidad, siendo pragmáticos tenemos aquello que ha cambiado el hecho que afeitarse por la mañana fuese un sufrir, una obligación, otra por la que esperar la llegada del fin de semana y así, aún a regañadientes, no afeitarse para que la la cara se recuperara algo hasta el siguiente Lunes.

¿Que nos queda? Una conclusión, se sigue en esto por pura afición, porque, ¿cual seria sino el motivo una vez conseguidos los resultados buscados inicialmente?

El lujo, si, un lujo solitario que hacemos común gracias a las redes pero que es intrínsecamente personal y propio. Aristocrático y a la vez tan básico, masculino y visceral como cortar el pelo que no para de crecer en la cara.

Y este nuestro lujo tiene su ritual, su ceremonia y en ella los instrumentos adquieren un valor primordial, central y místico.
Dos son los que sobresalen entre ellos, aroma y navaja, dos polos tan alejados el uno del otro como lo espiritual y físico, aquí unidos en una misma liturgia.

El aroma, etéreo pero cazado por un instinto tan animal como el olfato, empuja a la compra, al intercambio continuo de jabones, cremas, afters, perfumes … la dictadura del Zoco.

La navaja, el acero, un filo delicado, peligroso, frío y brillante es la ultima frontera, el Santo Grial.

Hay quien podrá usarlo a diario, por el momento no es mi caso. Necesita tiempo y dedicación, atención, casi prefiero que sea así.
Esperar ese día en concreto, levantarme mas temprano con el silencio, sin contar el tiempo ni las pasadas en el asentador y luego en la cara, con sus pausas para cambiar la posición de la muñeca, del codo, y con el aroma de uno de esos tres o cuatro jabones fetiche inundando el baño unido al sonido del corte de fondo.

Porque la navaja actualmente, mas que simple útil de afeitado, es un instrumento de disfrute que una vez alejado de la obligación, sobrepasada por la evolución, se usa por gusto, porque a uno le da la Santa y Real gana pasarse acero de afilado extremo por la fina capa de piel que separa el aire del cartílago de la nuez.

Aún tengo que terminar con doble filo, aún dudo en el contra pelo, pero solo he rozado la superficie del mundo de las navajas y no tengo ni prisa ni quien obligue, así que espero seguir hundiéndome en ello poco a poco, mientras disfruto de los relatos que muchos de vosotros, los maestros, colgáis en el hilo del afeitado diario.

Saludos.

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Y lo mejor será cuando comiences a aprender lecciones, siendo el afeitado a navaja causa y/o efecto de ellas.

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Muy grande @Llampec!!!
Me siento muy reflejado en tus palabras!!! Es nuestro lujo de cada mañana o noche según para algunos (a mi depende del día como se me presente)… Desde que encontré las navajas es un mundo aparte, es mi momento de desconexión en este mundo frenético y de locos en el que vivimos. Por eso intento utilizarlas cuando puedo y me dejan.

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Me gustó mucho tu reflexión Jordi.
Y para maestría la de tus fotos,tan grandes como tu colección de Phoenix.
Un abrazo.

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Muy bien captada la esencia y muy buena la explicacion

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Muy buen relato de los inicios a navaja, me siento muy identificado con cada una de tus palabras Jordi.

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Has bordado el relato Jordi :clap:t2: :clap:t2::clap:t2:

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Xactamente!

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Se puede decir más alto, mero más elegante no.

Saludos

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Agradable lectura, que comparto en gran parte, y con la que me identifico.

Destaco, si me permitís la siguiente palabra:

Para mí, llevando únicamente un par de afeitados a navaja, yo ya he establecido un ritual radicalmente distinto en la preparación respecto a otro afeitado con doble filo o multihoja. “Liturgia” lo resume muy bien.

Teléfono silenciado, fuera luces del resto de la casa, disposición de herramientas, puesta en remojo de lo que se precise, comprobación de que nada corre riesgo de caída, asentamiento, aplicación del jabón y afeitado, en absoluta calma y silencio.

Hierro y paisano.
Y fuera de esa estancia de la casa, el frenesí del día a día y la esclavitud del reloj. Tiempo habrá de volver a ese fango y a esa batalla.

Cosa aparte es que yo de momento con navaja me afeite con movimientos de esfinge y tenso como el trapecio de un costalero :smile:

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Aún no uso navaja, estoy empezando con las maquinillas, pero has hecho un relato intenso y emocionante, captando la esencia de esta apasionante locura que es al AC. Enhorabuena compañero!!!

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Muchas gracias por todos vuestros comentarios, ha sido un describir como con calma se va disfrutando de algo que visto desde fuera puede parecer poca cosa, pero que por lo que vais contando a todos nos parece una de esas ocasiones para pasarlo bien, bien.

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Obligación, ritual, lujo, afición, liturgia, aroma, filo, Santo Grial, placer…
Todo coronado con unas fotos EXPECTACULARES que hacen realidad lo anteriormente narrado.
Cuando vas a colgar el álbum?

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Muy buen relato, si empiezas con la navaja y los afeitados son cada vez mejores, ya no hay marcha atrás es como un vicio,deseando que llegue el siguiente afeitado.

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Amigo Jordi: no sólo nos deleitas con tus maravillosas fotos,también lo haces con tus palabras.
Te deseo el mayor de los disfrutes con esos hierros que tanto nos gusta pasarnos por la cara.

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Me han encantado tus reflexiones. tu ya has llegado a la última frontera, tu ya has conocido y alcanzado el Santo Grial.

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… y cuando terminas de afeitarte, te tocas la cara y ves lo suave que está, piensas que has acabas de asistir a un rito secular, como miles de tus antepasados hicieron y, de alguna manera, conectas con ellos…

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Y si tienes la suerte de contar con una heredada, ya tienes el pack completo.

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Se puede decir más alto pero no más claro, y bien explicado.
Lo que expresas es lo que yo en ocasiones raro de explicar a mis amigos…el qué hay detrás de ésto que parece tan superficial.
Como bien dices, para mí, es mi ritual, mi momento, el disfrutar con lo que hago.
La elección de materiales…el estar convencido.
La parte que no la veo , no sé cómo definirla, la mala, puede ser la espiral de siempre aspirar a lo que no tienes…aunque te digas mil veces que con lo que tienes vas servido.
Incluso puede llegar a ser una obsesión el conseguir ese hierro o ese jabón.
Pero si esto lo consigues tener medianamente bajo control…sólo te queda disfrutar, nada más.
Y en mi caso, con el plus que tengo de utilizar la navaja que era de mi abuelo y utilizó el durante años.
Es lo intangible.
Un saludo

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Y el afilado de un buen hierro?
Esa cadencia de movimiento, pruebas, observar el filo, la tranquilidad que produce…,
Otra parte importante que a mí sí me transporta a otro tiempo y otra época.

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