Yo he oído hablar de La Bola, pero no pude ir.
En cambio, doy fe del cocido de La Daniela. Por Goya andaba el restaurante en el que yo estuve.
Eso sí, hace casi 10 años.
Magnífico, oiga.
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Aún existe ese que tú conociste, no estoy seguro pero creo que fue el primero de todos los Daniela actuales. Tuve un jefe que erea devoto de ese sitio. En invierno no perdonaba ir un par de veces por semana, con nefastas consecuencias para el resto del personal de la oficina 
De la Bola, no tengo anda malo que decir, simplemente no es el que más me gusta, pero es verdad que es de los más famosos. Quizás también por petenecer a los padres de Verdasco, el tenista.
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Me contaron de La Bola que iban a menudo los senadores. Yo no conseguí mesa nunca.
Y La Daniela de Goya era un sitio muy bonito, con sus azulejos blancos con escenas pintadas…y con sus tres fuentes de cocido por partes, más la sopera, si no me falla la memoria.
Yo tengo el recuerdo de un atracón como Dios manda y no me suena que fuera carísimo.
Pero ya ha llovido mucho. Ay.
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yo he estado un par de veces y eran sillas de anea, mesas apretadas… no se si habrá un comerdor para mortales y otro para sus Señorías
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Yo he estado alguna vez en la Bola y doy fe que es un buen cocido. Ahora bien, con la fama que ha alcanzado, el Senado al lado y los guiris alrededor, conseguir mesa (y eso que son apretaos) es harto difícil.
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Precisamente Agustín … te montas en el berraco de metal y te plantas en mi morada … y luego me dices si merecía la pena ir a pasar angustias a La Bola … 
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Eso se soluciona haciendo todos lo mismo, y así se reparten responsabilidades…
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Intentos ya hubo, con lamentable resultado 
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Solicitud por contrato de máscaras de gas ya!!
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No se si seguirá abierto…
El restaurante era muy pequeño, estaba en la c/ Bolsa y se llamaba “El Oso y el Madroño” fue donde grabaron el final de la película “La Comunidad”
La cocinera se llamaba Manuela y siempre salía a saludarme cuando el camarero le decía que había un tío que se había comido el cocido entero, me daba un par de besos porque me conocía bien y le decía al resto de comensales del restaurante en voz alta “este extremeño siempre se lo termina”
…y de postre rodajas de naranja con azúcar y canela
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