El afeitado clásico y la lógica evolución que todos los aficionados experimentamos nos lleva por senderos que, por conocidos y transitados por otros, no dejan de ser el preludio de una emocionante aventura …
Hace ya algo más de un año inicié el mío por el fascinante “submundo” de las navajas barberas … habiendo resultado del todo emocionante y un continuo diario de lecciones …
Entre los diferentes hitos que han jalonado mi devenir se encuentra esta navaja que la fortuna me “entregó” gracias al genio y buen hacer del incipiente maestro ALEJANDRO … cuyas creaciones cada día que pasa se van afianzando a pasos de gigante …
La navaja hace un tiempo sufrió un incidente en el que las cachas manufacturadas en un material exótico a la vez que delicado (burl de arce estabilizado en resina) se fracturaron …
Precisamente ese atributo tan especial y que le otorgaba esa “brutal belleza” se convirtió en su “talón de Aquiles” … hecho que el maestro se ofreció en el mismo instante en que le informé sobre ello a solventar … Alejandro no sólo ha demostrado ser todo un “Señor”, también ha demostrado que está comprometido sin ningún género de dudas con la atención al cliente … … de justicia es reconocerlo.
La solución ha pasado por volver a hacer unas nuevas cachas del mismo material … reforzándolas con una fina lámina de G10 … lo cual convierte al frágil material en un pétreo conglomerado a prueba de bombas … a la vez que se mantiene la bella identidad del material con el que se han confeccionado las cachas …
Y como dicen en mi tierra … “para muestra un botón” …
Preciosa Vicente, esas cachas son hipnóticas, parecen la constelación estelar, el universo…
Qué decir del artesano, Chapeau, el cliente es lo principal y se nota cuando eso se tiene en cuenta y se cuida para dar un servicio 100% personalizado y con respuesta.
Toda navaja que se precie es un binomio … tándem … pareja … en la que ambos elementos … hoja y cachas … forman una unidad que debe “exhalar” equilibrio … … y ésta EMHO lo hace.