Hola, compañeros.
Lo prometido es deuda. Ahí van unos consejos, gráficamente documentados, de cómo lograr a partir de una pastilla de jabón de alepo (del tipo más común y barato, el de menor concentración de aceite de laurel) una espuma con la que prácticamente cualquier persona debería poder afeitarse estupendamente, ya que cumple más que de sobra.
Dejo claro estamos hablando de un producto muy distinto a nuestros habituales jabones cremas de afeitado, con lo que también tendremos que trabajar lo de un modo particular si deseamos resultados aceptables. Es una perogrullada pero muchas veces se nos olvida.
Por otro lado, tengo que destacar que la espuma que muestro más abajo está bastante más saturada de agua que lo que se suele ver por los foros y que muchos consideran ideal, pero es que yo las prefiero así, da lo mismo con este jabón que con una barrita de la toja. Dicho de otro modo, no es que el jabón de Alepo necesite muchísima agua, es que yo se la incorporo a casi cualquier producto.
Como siempre, hay varias vías para llegar a un mismo fin, pero propongo hacerlo en bol, un “modo seguro a prueba de fallos” que nos permitirá ajustar muy bien las cantidades.
Primer consejo: cargaremos rallando el jabón, no con la brocha. El motivo es algo evidente si acostumbramos a poner un garbanzo de jabón en el tazón para luego deshacerlo con la brocha. Si hacemos esto habitualmente, veremos que hay jabones que se deshacen con mucha más facilidad que otros, independientemente de su aspecto o dureza. El jabón de Alepo no solo es duro, sino que se degrada muy poco con el agua. Bastante menos que cualquier jabón de afeitado que haya utilizado. Podemos pasarnos 2 minutos frotándole una extra firme brocha de tejón dos bandas que únicamente llenaremos de producto las puntas del nudo, y lo más fácil es que nos hayamos quedado muy muy cortos de carga. Cuando espumo en la cara directamente, froto la pastilla como si fuera una barrita para asegurarme de que haya bastante producto.
Carga mínima en mi opinión, dos gramos abundantes. Parece mucho porque está rallado muy fino, pero es casi todo aire. Y si son tres, tampoco pasaría nada. Está claro, no es el jabón más eficiente del mercado, pero viendo su composición, seríamos muy ingenuos si lo esperáramos.
Como se puede apreciar en una foto del antes y el después, es un trocito de una pastilla muy menguada que ni llega a los 30 gr.
Segundo “truco”, bastante importante. Añadimos la primera parte de agua, una cucharada (no cucharadita) colmada y mezclamos con el dedo. Si lo hiciéramos con la brocha, correríamos el riesgo de meter más aire de la cuenta en esta fase, cosa que luego tendría difícil arreglo. Además, algunos nudos, por capilaridad, absorberían demasiada agua y dificultarían la mezcla.
Si el agua es caliente facilitará las cosas. Ha de quedar una mezcla con color y textura nada sugerentes, jajaja…
Empezamos a trabajar con la brocha. He optado por la 1305 por ser una brocha archiconocida y porque queda claro que si se puede hacer con una cerdita de estas características, pues mucho más fácil con una sintética tipo las Yaqi que tan de moda están ahora. Por supuesto, brocha previamente a remojo y la escurrimos antes de poner a funcionar.
Importante: el nudo de la brocha no se abre, simplemente movemos en círculos integrando el agua que vamos a incorporar, que en esta ocasión serán 4 cucharaditas de postre (no café). Añadimos una, movemos en círculos unos segundos, apretamos la brocha contra un lateral para que suelte la crema que se está “tragando”, y volvemos a mover en círculos.
Tras dos cucharaditas… Nótese cómo cambia el color con respecto a los restos que he dejado deliberadamente en el bol, ahora la emulsión tiene más agua pero sobre todo, mucho más aire.
Y ahora sí… Aplastamos el nudo de la brocha y metemos aire con alegría. La espuma “explotará”, aunque con moderación, que esto no es Martin de Candre. Notaremos como impepinablemente se forman algunas burbujas de gran tamaño, pero no pasa nada, el grueso de la mezcla ya está bien conformado, se ha creado una espuma muy densa y húmeda, perfectamente funcional. Las burbujas son pequeños achaques estéticos, simplemente.
Alternamos con movimientos enérgicos debatido, como si estuviéramos preparando una tortilla punto añadimos otra cucharadita, la tercera, y repetimos la jugada, aplastando primero el nudo y luego batiendo. Añadimos la cuarta y última cucharadita, y ahora únicamente batimos con brío.
Y ya está. Si queréis más espuma, ningún misterio, más producto y/o otra brocha, ya que juraría que con las sintéticas o la caballuna del foro consigo resultados más abundantes. Pero con esta que veis tendremos de sobra, necesitamos apenas un par de milímetros de capa, con ese grosor ya empapa perfectamente el pelo. Se pega como si fuera Loctite y en cuanto a la lubricación, pues lo difícil sería mezclar jabón, agua y aire y que no resultara algo muuuuy deslizante. Por supuesto, con productos tan específicos como tenemos ahora, cargados de aceites y/o arcillas, los hay superiores. Está claro.
Y ahora lo que más de uno pensará… Esa espuma desaparecerá, es inconsistente, aireada…
Pues me he permitido hacer un pequeño montaje en el que podéis ver la evolución de esta espuma durante casi diez minutos. Os recuerdo la enorme cantidad de agua que retiene, y que en la primera foto, aunque no se aprecia muy bien, hay una buena chepa de más de 2 cm de espuma empapada, que pesa bastante. Así que el hecho de que caiga es inevitable (y deseable) en estas condiciones, sea cual sea el jabón. Es decir, a mi entender, si cargo una buena cantidad (del producto que sea) en la brocha, y a los dos o tres minutos no empieza a resbalar sobre el mango, no significa que sea un jabón muy bueno, sino que yo debería haber añadido más agua.
Vamos a fijarnos en la última fotografía, tras casi 10 minutos. Dos detalles reveladores.
El primero, que la espuma sigue cubriendo la brocha, no ha sido tragada por la misma (y hablamos de una 1305), no ha desaparecido, nada… Y su brillo denota que sigue en perfectas condiciones para el afeitado. Repito, que no os despisten las burbujas que veis, esta espuma es perfectamente funcional.
Lo segundo y más llamativo, la espuma agarra con fuerza todo el agua que lleva, cuando lo habitual es que tras unos minutos se empiece a separar y escapar, quedando una espuma más “fofa” por un lado y el agua encharcando el pie de la brocha por otro. Y como veis, no es el caso. El agua sigue en la espuma.
Como podréis imaginar, sí esa crema la aplicamos en la cara, en grosor de capa suficiente, no se nos cae aunque bailemos. Es más, yo, durante el afeitado, suelo mojar las puntas y saturar la zona que voy a afeitar de manera inmediata, y os garantizo que la espuma de Alepo aguanta niveles de hidratación muy grandes.
Última foto, cojo la brocha y le doy un par de vueltas recogiendo más espuma del bol. Como podéis ver, esta se ha mantenido igualmente en perfectas condiciones. Para una segunda pasada de garantías.
En el afeitado, pues es una espuma bien hidratada que se encarga de mantener el pelo mojado y una capa lubricante que nos protege la piel del filo. Es así de simple.
En cuanto a la sensación sobre la piel, cosa subjetiva donde las haya, pues es aquí dónde aprecio este jabón claramente por detrás de la media. Suelo utilizarlo con barba de varios días y la piel en buen estado. Si hago más de 2 pasadas, en la tercera aplicación de espuma se nota que es un jabón de los que yo denomino “agresivos”, ya que pica ligeramente. Si lo dejo sobre los labios varios minutos, también lo reseca más que la mayoría. La loción posterior, en consonancia, suele pegar más latigazo que de costumbre. Pero quede claro que todo lo anterior también me ocurre con algunos jabones de renombre y eso no los excluye de mis afeitados, aunque los limita. Y luego están directamente los que me producen reacción, como el Sardinian Honey, pero no por eso voy a decir que no es un producto adecuado para el afeitado.
Resumen:
¿Es la espuma del jabón de Alepo apta para el afeitado? Teniendo en cuenta un par de factores, Rotundamente SI.
¿Es uno de mis “jabones estrella”? No, en absoluto. De hecho, habida cuenta de sus mencionadas particularidades, diría que es uno de los peores. Pero también las Gold Dollar son de las peores navajas que tengo, y puedo afeitarme perfectamente con ellas. Valga el ejemplo.
Pues ahí tenéis mi experiencia y opinión sobre este jabón.
ABRAZO!!