Fabricación de la s navajas de afeitar

Fabricación de la navaja de afeitar.

Una navaja de afeitar es, esencialmente, una herramienta muy simple que se puede fabricar mediante forja o estampación, aunque este último método no tiene prácticamente interés.
Las navajas de afeitar consisten en una hoja de acero afilada en un extremo y un mango unido a la hoja a través de un pasador remachado que permite que la cuchilla pueda girar dentro y fuera del mango. La hoja se puede hacer de cualquier acero de alto contenido en carbono o fabricarse en acero inoxidable que es resistente a la roya y al oxido, pero este puede resultar más difícil de afilar que el acero de alto contenido de carbono, que se afila más fácilmente, obteniendo un filo más agudo pero que también se oxida más fácilmente, sobre todo si se descuida.
Las cachas muchas veces llamadas el mango realmente no son necesarias en cuanto al uso de la propia hoja de afeitar se refiere. De hecho las kamisori, navaja tradicional japonesa, carecen de ellos. La función de las cachas es proteger a la hoja cuando la navaja no está en uso, proporcionar una protección contra el filo para no cortarse accidentalmente al manipular la navaja y facilitar el agarre.

Acero.

Las navajas de afeitar están hechas habitualmente con aceros al carbono o aceros inoxidables aunque también en algunos casos se utilizan otros tipos de acero.
La mayoría de barberas usadas tienen una hoja de acero de alto contenido en carbono que se ha fortalecido y templado para que se pueda lograr un filo muy bueno, afilado y fuerte. El filo de la navaja de afeitar tiene que ser muy duro y flexible.
El acero al carbono: es el tipo de acero más común por su eficacia para el afeitado. Crea un filo agudísimo y muy efectivo. Su única desventaja es su vulnerabilidad a la humedad dando lugar a las manchas y el oxido cuando no se tiene cuidado en su mantenimiento y conservación, esas manchas normalmente precisan del uso de lijas, algún abrasivo o pulimento para metales para su eliminación.
El acero para navajas suelen tener entre 0.6 a 0.8 de contenido de carbono pues en este punto la metalurgia ha determinado que el acero tiene sus mejores características de corte y en general se comporta con mejores propiedades de tenacidad en este rango.
El hierro dulce con muy poco carbono es muy flexible, pero poco duro. Conforme se añade carbono, la dureza aumenta. Esto se debe a que los granos de hierro no son capaces de “disolver” todo el carbono, y se forma carburo de hierro en el acero, también llamado cementita F3C. El carburo de hierro es muy duro, pero muy frágil.

Si se hiciese un acero con tanto carbono para que se forme una enorme red de carburo de hierro rodeando a todos los granos de hierro y este sufre un golpe, la grieta se propagará por la red de carburo de hierro, rompiéndose la pieza como si fuese cristal.
Pero ¿Y si se pudiera tener el carburo de hierro sin que formase una red?
Para ello lo que se realiza entonces es volver a calentar el acero hasta que la red se disuelve de nuevo, pero sin que se haga líquida Entonces se enfría de golpe, sin darle tiempo a formarse. Otra forma de conseguir esto es golpeando mientras se enfría.
Hay muchas formas de hacerlo, pero siempre se persigue lo mismo, que el acero tenga la dureza del carburo de hierro sin los problemas de fragilidad de una red de carburo. Hay muchos aceros muy buenos donde el carburo forma agujas o esferas, sin llegar a formar una red.
Los aceros damasquinos, se supone que conseguían porcentajes de carbono muy altos sin problemas de fragilidad. Un estudio reciente con microscopio electrónico parece haber revelado nanotubos de carbono en esos aceros. Los nanotubos de carbono son una distribución especial del carbono con unas propiedades magnificas de ultraresistencia a la tracción y ultraconductividad eléctrica y térmica.
Los aceros inoxidables no magnéticos son los austeníticos que son los que se pueden utilizar para cuberterías y otros menajes de cocina, así como para planchas de metal que vayan a soportar la intemperie. La principal característica de utilización de estos aceros inoxidables austeníticos es que no son templables, por lo que tienen una escasa dureza la cual es necesaria e imprescindible para un instrumento capaz de retener filo y una elevada ductilidad, es decir que son muy blandos y poco resistentes a los esfuerzos mecánicos.
En aceros inoxidables para navajas de afeitar siempre se va a encontrar con aceros inoxidables ferríticos o martensíticos y como tales magnéticos, es decir que a la hoja se pegará un imán. Ése es el motivo principal por el cual una navaja de afeitar nunca puede ser tratada con el “descuido” por ejemplo de una cubertería de acero inoxidable, ya que no resiste la oxidación como si se tratara de un acero austenítico, pero en cambio sí que retendrá el filo y gozará de las demás propiedades mecánicas de los aceros no inoxidables que suele tener el acero al carbono.
El acero inoxidable de media-baja calidad tiene un bajo porcentaje de carbono con lo cual no se imanta pero el de calidades superiores que necesita mas dureza, aparte de su posterior temple, en su composición se le aplica mas carbono y por ello se imanta multiplicando su dureza pero a su vez se contamina si no tiene un tratamiento como en los cuchillos, esa contaminación del inox es porque simplemente al contacto con hierro, este le transmite una contaminación que hace posible que el propio inoxidable se oxide.
La razón de usar material inoxidable templable para las navajas quizás sea porque aunque no sean tan resistentes a la humedad como un inoxidable austenístico lo es mucho más que el acero al carbono, o quizas porque aguante un poco más el filo a pesar de que cueste más afilarla.
Hay un factor que es tan importante como lo puede ser el tipo de acero que son los tratamientos térmicos tanto en el inoxidable como en el acero al carbono ese tratamiento es fundamental de estar bien a mal hecho. Por ejemplo hay un acero el Friodur de la compañía Henckels o Zwiling que tiene un temple con enfriamiento al hielo con el cual toma una dureza extra, este acero inoxidable en la barbera mantiene un filo duradero pese al uso extremo y el poco cuidado.
Todas las navajas flexan en el bisel, unas más y otras menos pero todas flexan.Un acero con cierto grado de flexibilidad en el filo es un buen indicio, ya que su dureza le permite cortar la barba de manera eficiente y su flexibilidad le permitirá resistir sin romperse. En su medida todas flexan porque, aunque sólo sea el filo, la zona de corte es muy fina.
Dado que el filo de la navaja de afeitar tiene que ser muy duro y flexible a la vez. Muy duro porque el pelo de la barba es muy duro, más de lo que pudiera uno imaginarse. Y flexible porque tiene que soportar la presión lateral repetida que supone el asentado diario en tela y cuero. Hay que tener en cuenta que el filo de una buena barbera tiene un grueso de entre 6 y 15 centésimas de milímetro medido a la altura de la parte superior o extremo del bisel que forma ese filo. Imagínese ese grueso tan nimio en un acero que deberá tener una dureza superior a 60 Rc llegando hasta 64-65 Rc en algunos ejemplares. Por otro lado, ese bisel de afilado debe lucir literalmente como un espejo, para que la navaja haga bien su trabajo cortando el pelo sin raspar ni irritar la piel.
La dureza del acero de las navajas de afeitar se mide por la escala del método Rockwell o ensayo de dureza Rockwell que determina la dureza, mediante, la resistencia de un material a ser penetrado. El ensayo de dureza Rockwell constituye el método más usado para medir la dureza de cualquier metal debido a que es muy simple de llevar a cabo y no requiere conocimientos especiales Existe una variante del ensayo, llamada Rockwell superficial, para la caracterización de piezas muy delgadas, como las navajas de afeitar, cuchillas de afeitar y otros materiales que han recibido algún tratamiento de endurecimiento superficial
Por si fuera poco y para acabar de añadir “magia” al filo de la navaja de afeitar, ese portentoso filo se destruye en cierta medida con cada afeitado y “renace” cada día con el asentado. Este fenómeno no ha dejado todavía de sorprender a pesar de los años que llevan existiendo las navajas barberas.
Por todo ello lo importante del acero en una navaja barbera es su tolerancia al adelgazamiento o su tolerancia al espesor. En otras palabras lo importante es saber cuanto se puede vaciar una navaja sin que esta se rompa y cuanto se puede afilar con un filo barbero duradero. Su dureza es secundaria. Por ejemplo utilizando un acero adecuado para obtener un filo barbero, cuando el espesor del vaciado o de la navaja ronda los 0.08 mm se puede obtener un filo de 0.005mm de espesor o sea un filo robusto justo en el borde del bisel de 5µm. Sin que este se melle, desgaste o fisure
El buen acero para realizar navajas de afeitar debe de ser muy tenaz. Lo que se debe principalmente al grado de cohesión entre moléculas. Como propiedad física del acero, la tenacidad de un metal se define como la energía que absorbe, con las consecuentes deformaciones que el mismo adquiere, antes de romperse. Por eso el concepto está asociado a la resistencia y supone una medida de la cohesión de las cosas.
Tenaz no significa lo mismo que dureza. Las navajas chinas y en general las navajas alemanas o con tecnología alemana son muy tenaces en relación a otros tipos de navajas.
Las máquinas de cortar el pelo de los peluqueros cuentan con grandes dientes parecidos a un peine, las tijeras de peluquero cuentan con microdientes, al igual los buenos aceros para afeitar forman micropeines muy, muy pequeños parecidos a barbas de ballena los llamados microdientes.
Al pasar por cuero estos microdientes se enderezan después de doblarse una y otra vez pero gracias a la tenacidad del acero estos no se quiebran o rompen
La fabricación de la hoja de una navaja de afeitar o barbera comienza como una pletina o trozo rectangular de acero proporcionado por el fabricante o las acerías.
Las navajas de afeitar se hacen de aceros nobles en muchos pasos. Tras la forja bajo el martillo y el templado en el fuego se suceden en el taller del vaciador unos 15 procesos antes de que la lámina de acero se convierta en una navaja de afeitar.

Forja

El primer paso en la fabricación de la hoja de una navaja es moldear con un martillo las láminas de acero cortadas a la medida, los blancos, a esto se le denomina forjar. Para ello y en el caso de navajas artesanas el herrero mete la barra de metal en el horno. Pasados unos pocos minutos la pieza está al rojo vivo. Se extrae con las tenazas y se trabaja. En la fabricación industrial un pesadísimo martillo pilón mecánico, forja el metal de los “blancos”. El trabajador sujeta el metal bajo la llama matriz. Tres o cuatro golpes bastan para darle la forma a la navaja de afeitar. En ambos casos la forma típica de la hoja ya puede verse. El material utilizado para las hojas de las navajas de afeitar es el acero de un contenido de carbono mínimo de 0,6% que asegura una óptima dureza, flexibilidad y resistencia al desgaste.
Después debe eliminarse el metal sobrante del filo. Una máquina corta el borde. También para esta operación se requiere concentración. Si estas piezas no se recortan de forma exacta, son inservibles para el resto del proceso.
Para el posterior vaciado, las hojas deben ser absolutamente simétricas.
Tras la etapa de forja, se perfora un orificio en la espiga en el punto de giro. Este es un paso crucial, porque después con el proceso de endurecimiento del acero se haría prácticamente imposible el taladrado, además requiere mucha experiencia y gran habilidad
Temple y revenido
Se ha dicho ya varias veces que el acero viene siendo una aleación principalmente de hierro y carbono, normalmente lleva algunos otros componentes adicionales pero tan importante o más que la composición es el tratamiento térmico que recibe.
La imagen típica del cine y otros sitios del herrero calentando al rojo un “hierro” para luego sumergirlo rápidamente en agua o aceite. Es ese el proceso, llamado templado, y es el que le confiere básicamente las propiedades que se aprecian en el acero.
El proceso de temple consta esencialmente de dos fases, una fase de calentamiento y otra fase de enfriamiento.
El acero, al sufrir esta transformación, puede formar diferentes tipos de aleaciones, entre las que destacan la austenita y la martensita. Por sus propiedades la austenita no interesa en el mundo de las navajas, mientras que la que sí interesa es la martensita, ya que aporta entre otros mayor dureza, estabilidad y mejor grano a la aleación.
El temple como todos los tratamientos térmicos, es un proceso de calentamiento y enfriamiento, realizando este último con una velocidad mínima, denominada crítica de temple. El fin que se pretende generalmente en este ciclo es transformar toda la masa de acero con el calentamiento en austenita y después, por medio de un enfriamiento suficientemente rápido, convertir la austenita en martensita, que es el constituyente de los aceros templados.
En la práctica no se transforma la totalidad de la austenita formada, en martensita, en muchos casos porque es imposible conseguir una velocidad de enfriamiento suficientemente rápida en la totalidad de la masa de las piezas, sobre todo en las muy grandes y en otras porque no interesa obtener este constituyente sino Bainita, Troostita y Sorbita.
¿Qué es el temple? El tratamiento de temple consiste en enfriar de manera controlada a la mayoría de las variantes de los aceros aleados previamente calentados a temperaturas de entre 750 ºC y 1.300 ºC. Dependiendo del material base, la temperatura y tiempo de calentamiento, y la severidad del enfriamiento se puede conseguir una amplia gama de durezas. Posterior al temple se realiza un tratamiento de revenido a temperaturas de entre 200 ºC y 300 ºC con la finalidad de optimizar la tenacidad y reducir la fragilidad de las piezas.
¿Cómo se consigue el temple?
El tratamiento de temple se divide en dos pasos:

  1. Calentamiento controlado en temperatura (entre 750 ºC y 1.300 ºC dependiendo del material base), rampa de calentamiento y tiempo de mantenimiento a temperatura máxima. Ajustando estos tres puntos de control se puede conseguir las condiciones idóneas previas al temple disolviendo los elementos aleantes de manera correcta y obteniendo una estructura austenítica deseada De esta manera se aseguran unos resultados finales óptimos, uniformes y repetibles.
  2. Enfriamiento controlado de la zona a templar. Es muy importante controlar el medio de temple ya sea agua, aceite u otros. .Con un correcto ajuste del temple se consigue la transición estructural de austenita a martensita, mejorando notablemente la dureza de la zona templada.
    Existe un tercer paso necesario asociado al temple en aceros con alto grado de fragilidad. Dureza y fragilidad son características directamente proporcionales por lo que hay que hacer un tratamiento posterior para equilibrar ambas. Este tratamiento de eliminación de tensiones, se conoce como el recocido o el revenido, y consiste en mantener las piezas a temperaturas menores o iguales a ≤ 650 ºC durante un tiempo determinado. Gracias a este revenido se consigue reducir la fragilidad y ajustar la pieza a diferentes requisitos mecánicos dependiendo del tiempo de mantenimiento a temperatura. En casos excepcionales para potenciar al máximo la transformación de austenita a martensita, al temple le sigue un proceso subcero previo al revenido. Impacto del tipo de enfriamiento en la disipación de calor y en la deformación geométrica.
    El calentamiento hasta la temperatura máxima se debe iniciar estando el horno a baja temperatura y a ser posible, a la temperatura ambiente; la elevación de temperatura debe ser uniforme en toda la pieza, ésto se consigue elevando la temperatura del horno lo más lentamente posible.
    Ya se ha dicho que el enfriamiento tiene por objeto transformar la totalidad de la austenita formada en otro constituyente muy duro, la martensita; aunque en alguna variedad de temple el constituyente final deseado es la Bainita.
    El factor que caracteriza a la fase de enfriamiento es la velocidad de enfriamiento mínima para que tenga lugar la formación de martensita, ésta se denomina velocidad crítica de temple.
    Al modificar la estructura cristalina, el temple provoca variaciones en las propiedades mecánicas y tecnológicas del acero, algunas de ellas mejoran: dureza, y resistencia mecánica, mientras que otras, por el contrario empeoran: fragilidad, tenacidad y conductividad eléctrica.
    En resumen el acero se endurece mediante un proceso especial donde se calienta la hoja forjada, en hornos a una temperatura aproximadamente a 760 grados Celsius o 1400F dependiendo del tipo especifico de acero.
    Esta temperatura permite un calentado rápido y uniforme del acero a la temperatura óptima para la máxima dureza.
    A la etapa de temple sigue el proceso de endurecimiento, el revenido, donde la hoja se calienta en un baño de aceite a una temperatura de 200 ° C - 400 ° C.
    El temple imparte al acero su flexibilidad y dureza según los diagramas de fase. A mayor velocidad de enfriamiento durante el tratamiento térmico más se favorece la creación de martensita. Y si se enfria en un medio que esté por debajo de cero grados centígrados (subcero) más rápido se perderá temperatura.
    El tratamiento subcero se emplea para aumentar la dureza del acero y para corregir errores de templado, cierto es que también alivia tensiones internas del metal cosa que no es igual que la flexibilidad o tenacidad; con este tratamiento el filo es mas duradero y rígido, lo que hace que sea muy efectivo pero con sensaciones diferentes a otros templados.
    Con estos tratamientos al aumentar la martensita, lo que se consigue es algo más de dureza (un par de unidades rockwell) y aumentar la tenacidad del acero y esto supone una ventaja en todos los sentidos para las navajas de afeitar.
    Hay tres tipos de lámina de acero según el nivel de temple que ha recibido fuerte, medio y suave. Los filos de templado fuerte duran más pero su afilado es difícil.
    Lo contrario ocurre con las hojas con templado suave. Las características de las hojas de templado medio están entre los dos extremos
    Los tratamientos como templados, dobles templados, templados diferenciales cementados, revenidos, revenidos diferenciales son todo un mundo. Al igual que existen en otros materiales en los aceros también hay tratamientos normalizados y sin normalizar.
    Así los temples y tratamientos son un secreto muy bien guardado por cada fabricante. Por ejemplo navajas que utilizan un acero 420, un acero normal, de calidad muy justa ya que lo habitual es usar acero 440 bastante mejor, sin embargo con el tratamiento térmico que le da el fabricante y que suele ser secreto, se obtienen hojas muy buenas. Por ello hay muchas navajas en acero 440 que ni se aproximan a la calidad de corte, afilado y retención de filo de algunas hojas de acero 420.
    El templado y los tratamientos son lo fundamental en los filos. Por ejemplo una navaja Filarmonica doble temple no es algo tan sencillo como templarla dos veces sino que para su fabricación hay que conocer. ¿A que temperatura se hace cada temple? Si ¿Iba primero el temple bajo y luego el temple alto? o ¿Al revés? ¿Si hay recocido entre temples? ¿A qué temperatura?
    Un templado es algo muy complejo. Si los aceros son un mundo, los tratamientos son un universo y un secreto muy bien guardado por los fabricantes y ademas casi siempre ocurre que cuando un fabricante o empresa desaparece, todo ese “saber hacer” que tenía, desaparece con ellos. Ademas hay que añadir los factores incontrolados durante los procesos. Los rechazos después del templado pueden ser considerables. Un porcentaje de piezas no resisten el proceso y rompen, otras se deforman durante el templado. Por ejemplo: El acero Friodur de la marca Henckels, templado en nitrógeno líquido, tiene algo más que no se conoce porque el porcentaje de hojas rechazadas, cuando lo intenta otro fabricante, es tan grande que no les sale a cuenta.
    Más o menos esta puede ser la explicación a una frase muy habitual de los barberos de antaño: La navaja ha salido buena o no ha salido buena.
    Con los tratamientos de templado y sobre todo cuando se tiene un número grande de navajas se comprueba que algunas son muy buenas y otras no tan buenas incluso dentro de la misma marca y mismo modelo de barbera.
    Aunque lo del óxido tiene cierta importancia, el templar al aire, agua, aceite, arena, etc. es principalmente para controlar la velocidad de enfriamiento. Porque según la velocidad de enfriamiento se forman diferentes microestructuras en el acero
    Se puede pensar que el templado del acero de las navajas barberas es muy especial, seguramente será un templado integral sin revenido, y teniendo tanto contenido de carbono, deber ser muy difícil dar con el punto exacto de temperaturas, sobretodo la del fluido para el enfriamiento.
    Para hacerse una idea, el revenido es un procedimiento muy habitual para deshacer las tensiones internas del acero una vez se ha templado. La pega que tiene el revenido, es que hace perder un poco su dureza y seguramente por eso los fabricantes no lo hacen. Pero en el caso de las navajas, como el acero templado es frágil y para corregir esta fragilidad se le da el revenido que es lo que verdaderamente interviene en la recuperación del filo dándole tenacidad y elasticidad
    Ahora bien, el acero tendrá unas tensiones considerables, y seguramente en cuanto tenga la más mínima vía de escape, por ejemplo una mella, liberará la tensión, partiéndose en dos.
    Resumiendo, muchas navajas tienen más fragilidad a cambio de tener un filo más afilable y duradero.
    Todo esto es una teoría o suposición, pues realmente no sé sabe cual es la técnica real del templado de las barberas.
    Todas las navajas son en realidad de acero al carbono porque todo acero tiene carbono obligatoriamente. Otra cosa es que el acero tenga además otros metales, como cromo, que lo hacen inoxidable. El ser de un material inoxidable no aporta nada más que un mejor comportamiento contra el oxido y la corrosión y en general son más difíciles de afilar y de mantener el filo conseguido, salvo excepciones. Pasa como con los cuchillos de cocina, todos cortan si están afilados, pero los de acero al carbono clásico son superiores a los de inoxidable.
    Vaciado
    Tras los procesos de temple y revenido, las láminas de acero se vacían hasta el grado que se quiera lograr mediante la acción de muelas abrasivas circulares de diferentes diámetros con distinta velocidad en función del grado de vaciado deseado.
    El vaciado da la forma a la hoja y el filo se construye en la parte inferior de esta
    El vaciado de la hoja va desde vaciado cero o sin vaciado, a la que se denomina cuña, con una sección transversal triangular a un vaciado completo en el que la mayoría de la superficie de la hoja es fina como una cuchilla de doble filo ensanchándose solo cerca del lomo. Las hojas cuñas son especiales porque requieren un afilado diferente, pero afeitando todas cumplen. Si el vaciado es muy grande las hojas son muy sonoras y un poco más delicadas en el uso; con un vaciado menor son más rígidas y menos sonoras pero más seguras en el uso principalmente para novatos al no tener tendencia a flexar por la rigidez que las caracteriza. Cuando se aprende a afeitarse a navaja se adaptará automáticamente a cada hoja sin tener que pensar en su vaciado.
    Durante el proceso de vaciado se va rebajando la hoja hacia el filo con una sucesión de muelas distintas, se comprueba en el filo contra un grueso anillo de metal. Al final si la hoja ha sido muy vaciada tiene que ser fina como el papel de aluminio, fuerte pero flexible.
    El vaciador va probando la capacidad de corte de la hoja.
    La hoja cóncava, producto del vaciado, y el propio vaciado es lo que caracteriza a las navajas barberas creando una mayor o menor delgadez de la hoja y así poder crear a su vez en el extremo de esta un filo finísimo y cortante.
    Al vaciado del lomo le sigue el vaciado de la espiga. Seguidamente se realiza el afinado. Tras la elaboración del gancho, la hoja se estrecha hacia el filo al afinar se desgasta la parte tras el gancho, dejándola más fina y se afila. El vaciador experimentado reconoce por el tono si el vaciado es el deseado.

Pulido.

El pulido elimina las irregularidades de la estructura del metal y deja la superficie de la hoja lisa. A continuación se trabajan la espiga y el gancho en la lijadora de banda.
Para el pulido fino, se utiliza otra máquina que está especialmente preparada para esta función, en ella se trabaja poco a poco sobre el vaciado y el filo. Para ello se utiliza una pasta de pulido específica.
El vaciador pule si la tiene la doble pieza estabilizadora entre el vaciado y la espiga en un disco de cáñamo. Se pule por orden: el gancho, el lomo y la espiga. Con la pasta adecuada se consigue que quede brillante.
El pulido azul” o “claro” se realiza con un disco de cuero y le da a la hoja un pulido aún más fino. Se pule sólo el vaciado de la hoja, para ello se le ha dado el baño en cal, para pulir sólo la zona del vaciado,la cal queda como protección para marcar la línea de pulido.

Acabado.

Como se termina de decir La hoja de la navaja después de vaciarla, se pule con distintos grados de brillo. El acabado más fino, utilizado en las navajas más caras, es el “pulido espejo” o acabado de espejo. El pulido espejo es el único acabado usado si un sello de pan de oro va a formar parte de la decoración de la hoja.
El acabado satinado requiere menos tiempo de pulido que el pulido espejo y por lo tanto, no es tan cara su realización. Este acabado se utiliza sobre todo con grabados al ácido en la hoja. El pulido satinado se aplica a veces, a la parte posterior de la hoja mientras que el acabado espejo y los sellos de pan de oro se aplican al frente más visible de la misma. De esta manera la hoja no resulta tan cara como con un completo pulido a espejo.
También se utiliza aunque cada vez menos, planchas recubiertas de metales, como níquel o plata, pero no es aconsejable porque el recubrimiento de galvanoplastia se erosiona a través del uso revelando el metal subyacente que es a menudo de inferior calidad.

Decoración de la hoja.

La hoja puede estar decorada con grabados al ácido o sellos de pan de oro dependiendo del precio. En las navajas de menor precio las hojas se someten a un proceso de grabado con un electrolítico ácido negro En las navajas más caras, normalmente se emplean hojas de pan de oro aplicado a mano, siguiendo el proceso tradicional.
Actualmente para la creación de los sellos de las hojas se cubre la hoja y parte de la espiga con laca de asfalto. Esta capa prepara la hoja para su grabado con láser. Esto permite al láser CNC cortar firmemente en el metal, sin emborronar ya que sólo quema la laca de asfalto y ataca muy ligeramente al metal, de esta forma la insignia de la marca o el dibujo tendrá un aspecto limpio. Se extiende un poco más de laca alrededor del grabado para preparar la hoja para el siguiente paso: el chapado en oro. Para ello se sumerge las hojas en un baño de agua y oro y se hace circular la corriente eléctrica por la mezcla. Esto causa que partículas de oro en suspensión graviten y se adhieran a las partes expuestas sin laca de la hoja.
Cuando la laca ha cumplido su cometido, seguidamente hay que limpiarla en un baño químico para revelar la ahora brillante hoja terminada.

Montaje.

En el montaje se colocan las dos cachas y la hoja juntas. Las cachas son una parte importante de la navaja y además le proporcionan valor material.

Se ensambla la espiga con las cachas del mango, usando un remache largo o a veces tornillos para mantenerlo todo junto. Seguidamente se recorta el pasador y se le coloca una arandela y se golpea para remacharlo.

Las cachas deben montarse de forma exacta: la hoja , no sólo porque está muy afilada, sino porque también es muy delicada, no debe poder moverse en ningún caso, solo debe girar sobre el pivote de lo contrario podría dañarse, para ello a veces se colocan arandelas de empuje interiores.

Las cachas pueden estar hechas de multitud de materiales, plástico, imitaciones de carey, marfil, nácar, cuerno de búfalo auténtico, ébano o acero inoxidable entre otros. Tras el montado se comprueba la correcta función. La navaja debe poder abrirse y cerrarse suavemente.

Los materiales usados para fabricar mangos, también llamados cachas en relación a las dos piezas que lo suelen formar, como ya se ha dicho son muy variados, y van desde lo más sencillo y barato hasta lo exótico y caro.

Entre los materiales empleados esta la madera, se utilizan muchos tipos de maderas en la fabricación de mangos. Una muy popular es el ébano pues es muy resistente y duradero. Otras maderas muy comunes son el cedro, bocote, snakewood que es una madera con un veteado que asemeja la piel de una serpiente, y olivo. La madera se protege de la humedad con distintos tratamientos para así convertirla en un material resistente y duradero.

También se utilizan productos de origen animal tales como el cuerno que preferentemente suele ser de toro, carnero, bisonte o búfalo, el cuerno crea mangos muy elegantes y con un aspecto brillante, ya que cada cacha es diferente lo que hace que cada navaja sea única. Sin embargo, con el tiempo puede perder su forma y doblarse, lo que hará necesaria una reparación especial en caso de que esto ocurra.
Otro material usado con frecuencia es el hueso habitualmente de toro aunque también se utilizan huesos de otros animales como la jirafa y el camello.
Algunos de los materiales que se utilizaban antes en la fabricación de cachas son:
Nácar llamado también madreperla es un material precioso pero muy caro.
Carey (caparazón de tortuga): El caparazón de tortuga fue un material muy común en el pasado con el que también se fabricaban lentes, peines, etc. Hoy en día la caza de tortugas es ilegal por lo que este material ya no está disponible y en su lugar algunos fabricantes usan plástico con apariencia muy similar
Marfil: al igual que el carey, el marfil ya no está disponible, excepto si proviene de mamuts fosilizados. Fue muy usado en las navajas más caras del pasado.

Hoy también se utilizan compuestos con fibras naturales que son el resultado de la combinación de compuestos naturales y artificiales, mediante laminado o contraplacado.

El micarta es un plástico con elementos naturales como lino o incluso papel incrustados. La estamina es un material parecido, mezcla de madera y fenol.

Las navajas con mangos de metal, como el acero inoxidable, suelen ser más pesadas que otras pero son también muy perdurables. La platatambién se usaba en el pasado, para la fabricación de navajas caras.

Los mangos de plástico como polietileno, baquelita), etc., aunque son los más baratos, son también muy duraderos. A muchos de estos mangos se les dan efectos y colores para tratar de imitar a algunos materiales exóticos excesivamente caros o prohibidos como el marfil, carey, madreperla, etc., dando como resultado navajas elegantes a precios accesibles.

Afilado

El afilado es la etapa final del proceso de fabricación de una barbera.

Al principio se afila la hoja en una muela mecánica.

El afilado por lo general no se completa durante la fabricación, y normalmente se hace por el usuario o propietario después de la compra de la barbera.

Cuando se realiza el afilado completo de la navaja, en ingles shave ready, en fábrica, entonces después de que la hoja ha sido afilada contra el lado plano de rotación de piedras redondas, o mediante la elaboración del filo de la hoja a través de piedras planas fijas es entonces y sólo ahora cuando recibe la navaja de afeitar su filo definitivo, para ello se le da a las hojas un filo microscópico en varios pasos. Para realizarlo hace falta mucho tacto y años de experiencia. Finalmente se termina el filo asentándose en cuero. Normalmente un test de pelo al aire HHT muestra si la hoja está suficientemente afilada. Este test consiste en que solo con el contacto, sin nada de presión al poner el filo en contacto con el pelo, este ha de saltar dividido en dos. El proceso de fabricación finaliza con el acondicionado del filo, cuando después del su afilado la navaja es pasada por el asentador y suavizador de cuero.
Desde el acero en bruto hasta la navaja terminada transcurren varios pasos. Casi todo es trabajo manual y requiere de la más alta precisión, incluso hasta para el empaquetado. Las fundas típicas o estuches que siempre se han usado para guardar las navajas. Son cajas hechas de cartón, recubiertas con un papel exterior algo resistente a la humedad, sin llegar a ser impermeable donde suele figurar la marca o logotipo del fabricante el modelo e incluso el tamaño. Son contenedores frágiles y se pueden deformar, pero tienen un encanto especial que atrae mucho, también las hay de otros materiales aunque mucho menos habituales como plástico, cuero o incluso madera.

A partir de aquí se abre todo un mundo. Porque cualquier filo de una navaja de calidad afeita en seco los pelillos del antebrazo. Pero de ahí a llegar a afeitarse la cara de forma suave y placentera y con un apurado insuperable hay todo un abismo y solo se consigue con una buena navaja de afeitar bien afilada, bien asentada y con una buena técnica de su manejo.

Conclusión: Una navaja es buena cuando afeita y apura bien, con mínimo o nulo sufrimiento para la piel y además tarda muchos afeitados en desafilarse.

Las buenas cualidades las da el propio acero utilizado unido a un apropiado y cuidadoso tratamiento térmico que haga aflorar dichas cualidades, así como el vaciado y afilado correctos sin los cuales es imposible que la navaja corte.

Otra cosa es que sea de marca conocida o prestigiosa, que tenga buen sonido, etc.

Las fábricas como las de Soligen producen navajas de afeitar mayoritariamente de forma mecanizada y muy pocas navajas, aunque todavía hoy en día se siguen produciendo de manera tradicional por algunos artesanos y trabajadores cualificados que trabajan en pequeños talleres.

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gran trabajo. muy didáctico. muchas gracias @zkz

Como siempre, muy interesante.

Gracias por el aporte :ok_hand:t3:

Gracias por la completa y didáctica exposición … :+1:

Tremenda aportción. Así da gusto enterarse de las cosas. Muchas gracias.

Saludos.

¿Podríamos tener junticas las aportaciones de Mr @zkz? Son realmente fichas monotemáticas coleccionables :slightly_smiling_face:

Gracias compañero!

Estupendo trabajo. Gracias.

muy interesantes :clap: