Desde que volví al afeitado clásico con cuchillas de doble filo, partidas y monofilo “injector”, he estado esperando hasta el día de hoy para sacar conclusiones en lo personal, que no superan un cinco por ciento de error. Al ser personales, no hay motivo para trasladarse al resto, pero sí pueden ser bastante orientativas.
Antes de volver al afeitado clásico (hace treinta meses), solo utilizaba las desechables Wilkinson Extra2, cuyo peso por unidad es de 6,83 gr, teniendo en cuenta que me afeitaba tres veces por semana, durante dos años acumulé para el contenedor de rechazo 1,44 kg. En el acumulado de dos años con doble filo y cuchillas injector el residuo ha sido de 88 gr afeitándome con más frecuencia -5 veces por semana- esos dos años.
En cuanto a volumen la hucha donde echo las cuchillas tiene un volumen de 350 ml y está cerca de la octava parte de su capacidad. Mientras que las desechables con 12 enteras y apretadas, ocupan ese mismo espacio, que no volumen. Al sacarle solo dos afeitados a cada una, en dos años usé 208 desechables.
Las consideraciones son particulares, ya que otros sacaréis más o menos afeitados a cada desechable (yo dos), o a las cuchillas de doble filo, donde he usado cuchillas con un solo uso, hasta seis.
Hasta no ver los resultados no era consciente de la gran diferencia que había entre unas y otras, más bien me preocupaba el asunto del precio de una y otra opción para el afeitado.
Algunos diréis que no he sumado el peso y el volumen de las maquinillas injector o de doble hoja clásicas, pero viendo que algunas de ellas tienen más de cuarenta años y no superan el peso de 12 de esas desechables, es un valor despreciable, salvo su precio, que sería otra cuestión.