PROLOGO: Publique este hilo en 2016 y las fotos han desaparecido. Lo vuelvo a publicar, para volver a incluir las fotos.
Cuando restauramos una navaja de afeitar, seguimos más o menos los siguientes pasos:
– Limpiamos la hoja de óxido y la pulimos lo mejor posible.
– Si tiene mellas, las eliminamos rebajando la hoja.
– Si las mellas son muy profundas o hay fisuras, llegamos a cortar la hoja.
– Si las cachas son recuperables las limpiamos y pulimos y si no, hacemos otras nuevas.
– Finalmente afilamos la navaja y la dejamos útil para el servicio.
Aquí suele acabar la restauración. Pero esta vez me he propuesto llegar aún más allá.
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Para ello he partido de una Filarmónica Especial que le compré al compañero @Woland.
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Tenía la hoja muy rayada, probablemente de un vaciado rudimentario, pero se apreciaba
todavía la existencia del sello, como puede verse en la foto.
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Se aprecia el pentagrama y el recuadro dorado. Todo ello rodeado de rayas de mucha profundidad.
Me costó mucho pulirla, pero la ocasión merecía un pulido casi a espejo.
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Mi intención en esta restauración era devolverle el sello a la navaja.
Para ello, partiendo de varias fotos de Filarmónicas especiales, logré que mi hijo me
hiciera una imagen en blanco y negro del sello. Yo lo intenté, pero me quedé atascado
en un mar ce capas del Photoshop.
Esto es lo que consiguió mi hijo:
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Pero para vectorizar esa imagen hacía falta eliminar multitud de puntos sobrantes,
aclarar y delinear las letras y cerrar todos los círculos, porque darían error al componer
la imagen vectorizada.
Me costó seis horas de tratamiento en Photoshop, pixel a pixel hasta conseguir limpiar la imagen.
¡Pero qué son seis horas para un jubilado! Este es el resultado:
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Con esta imagen me fui a una tienda de grabado a laser y, después de explicarles el proyecto,
y de enseñarle los puntos donde terminaba el grabado antiguo, que más que verlos,
había que adivinarlos, me grabaron el siguiente sello:
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Quizás fue un poco excesiva la potencia del láser y las líneas salieron algo más gruesas de
lo debido pero el resultado es espectacular. Si llego a hacer otra, revisaré este punto.
Y ahora sólo me quedaba el dorado.
Esta vez, utilizando los conocimientos de mi hija en joyería, me inicié en la electrólisis del oro.
Como no confiaba nada en los resultados, eché mano de una sufrida navaja ZY y empecé el
proceso de electrólisis casera con una pila de petaca y bastoncillos de las orejas.
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El invento funcionó. Pero al poner la pinza pegada al bastoncillo, se producía también una
electrólisis de la pinza que contaminaba el depósito de oro, formando manchas de hierro.
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Tenía que hacer una electrólisis por inmersión, con un ánodo de acero inoxidable.
Como necesitaba proteger el resto de la navaja, me compré pintura de uñas en un chino
y pinté toda la navaja, excepto el sello.
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Como la pila de petaca parecía que daba poca potencia, utilicé un cargador de batería,
puesto a 6 Voltios y 1,5 Amperios, que es la postura que tenía para baterías de motos.
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Primero es necesario proceder a un desengrasado electrolitico para preparar la superficie
para el oro. Esto se hace con un líquido especial y utilicé los bastones pues no hay
peligro de contaminación. Véase la imagen:
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Una vez desengrasado, empieza la electrólisis sumergiendo la navaja en una sal de oro
y con la corriente electrica.
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Se puede ver la navaja sumergida haciendo de cátodo y un alambre de acero inoxidable haciendo de ánodo.
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Al cabo de un instante la navaja empieza a producir burbujas, producto de la reacción electrolítica,
como puede verse en la siguiente foto.
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Menos de un minuto fue suficiente para depositar una capa de oro en el sello.
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Después de aclarar y limpiar bien la navaja, sólo me quedaba hacerle unos cachas de
madera de cocobolo, pulirlas y darles una capa de cera de Carnaúba.
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Esta es mi nueva navaja terminada, a la que sólo le falta un buen afilado.
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¿Qué os parece la Restauración Integral?
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El tema de la restauración en pintura, en arquitectura etc, concita opiniones de lo más contrapuestas.
En 1984 John Breadley restauró Las Meninas de Velazquez y organizó un escándalo considerable.
Para unos era una restauración perfecta y para otros había estropeado el cuadro poniéndolo a todo color.
En arquitectura hay corrientes que intentan restaurar dejando los edificios como nuevos, con gran
escándalo de los que quieren resaltar la parte antigua de la restaurada.
Yo sólo he pretendido dejar la navaja lo más parecida a su estado inicial.
… y además divertirme un montón enredando, que es de lo que se trata.
