Hola compañeros:
No tenía pensado hacer una revisión completa de la navaja damasquinada del artesano Drew Dick, sin embargo, el estreno de esta navaja ha sido tan sorprendente que a pesar de estar centrado en otros menesteres aromáticos preparando la colección de Otoño, no he tenido otro impulso que sentarme al PC para expresar a los compañeros lo que es para mí todo un acontecimiento. Al fin y al cabo, se recibe tanto del foro que en la medida de lo posible resulta muy agradable hacer algunas aportaciones.
Soy consciente que las opiniones vertidas, aunque quizás subjetivas, llamarán la atención, por lo que lamento si son aseveraciones ciertamente enableantes.
EL ARTESANO ANDREW DICK
Con el ánimo de arrojar alguna luz sobre el trabajo de Drew, considero conveniente esta revisión, que si bien describe el comportamiento de una configuración concreta, da una idea de su calidad de trabajo y originalidad de diseño. Adelanto que no tendré más remedio que encumbrar a Drew a lo más alto en la lista de artesanos favoritos… ojo, es una opinión personal, sus navajas tienen un estilo peculiar y pueden no satisfacer a todo el mundo… pero eso ya lo sabemos, todos los artesanos tienen su estilo propio.
Honestamente no comprendo como el artesano del Reino Unido Andrew Dick no es más conocido en el ámbito de la navaja artesana, y más concretamente por sus especializados y originales damascos. En USA es bien conocido, pero en España no parece tener demasiado público.
Tenía constancia que tiene mucho prestigio como artesano, y como Gentlemen dado su trato al público, pero resulta un tanto desconcertante conocer que hay muy pocas referencias en el foro. Tampoco dispone de ninguna web, así que son las Redes Sociales las que nos pueden orientar hacía este “artisan”. Al parecer no necesita de mucha publicidad, tiene su nicho en el mercado y quien lo busca lo encuentra, si bien, cuesta encontrarlo, y el artesano hace de sus páginas de Facebook su punto de encuentro con sus clientes, eso sí, con una excelente atención.
Para ir dando pistas sobre lo que vamos a encontrar, apuntaré que considero esta navaja 9/8 y amplia sonrisa ideal para usuarios “avanzados” por así decirlo, puesto que la forma de cogerla y las trazadas sobre el rostro cambian sustancialmente de lo habitual, por lo que requieren de ciertas dotes de experiencia.
Vamos al grano:
NAVAJA ARTESANA DICK DAMASCO TWISTER 40 CAPAS
La pieza en concreto tiene una extensa denominación. Digamos que es como una ficha técnica que hay que explicar un poco:
Para empezar es una navaja 9/8 de punta francesa y vaciado de 1/4, esto no requiere de ninguna explicación. Tiene unos 8.5 cm de largo de filo útil, lo cual empieza ya a resultar algo inusual si la comparamos con los 7 cm de una Jenés Sandor o una Hannover, o 7.5 cm de una Filarmónica 14. Drew tiene claro las proporciones de la navaja cuando se pide la medida 9/8, teniendo en cuenta incluso el ancho del lomo para mantener un ángulo óptimo de afilado. Recuerdo que durante las orientaciones de las generosas medidas de esta navaja, el artesano se mostraba entusiasmado con las proporciones voluptuosas que tenía que desarrollar.
ESTÉTICA
Lo más atractivo de esta navaja es la construcción damasco, que presenta dos tipos de acero (o quizás tres) el K 720 del núcleo y otro acero multicapa para que una vez tratado con ácido cautivar al espectador con un atractivo patrón “twister”. Dicho acero se retuerce en caliente mediante 40 vueltas, formando una estructura visual o patrón característico tras ser forjado. Drew dijo que era la navaja más grande que había hecho de forma manual, y más grande no hubiera podido retorcer sin ayuda mecánica.
Lo más llamativo y atractivo de este damasco es que no solo está en los laterales, ya que la navaja no está forjada en tipo SAN MAI (construcción japonesa tipo sandwich de tres capas) donde el nucleo se ve dibujado en el lomo, sino en construcción WARIKOMI, en el que el acero damasco envuelve o encapsula el núcleo duro destinado a la hoja de corte, ofreciendo un patrón tremendamente bonito, a la vez que demuestra la enorme habilidad y buen gusto del artesano.
También me ha sorprendido la textura o relieve de este damasco. Otros aceros en capas que he visto están perfectamente pulidos (Jenés y Cedric usan acero Shirogami con patrón Suminagashi). Drew presenta un damasco con un ligero relieve, perceptible al tacto, dando una sensación de artesanía pura, da la impresión de están viéndole dando martillazos al más puro estilo del programa “Forjado al Fuego”.
El acabado del lomo es biselado, lo cual la hace visualmente más estrecha, más esbelta de lo que en realidad es. Tiene un lomo potente que le proporciona más peso de lo común. Por otro lado llama la atención su enorme sonrisa, que considero que debe ser similar a la conocida “Tsunami” de Ricardo Tonarini, y se acerca a la mítica Riuchy Saito SK-2. Esta sonrisa “jocker” le confiere unas cualidades determinadas que las distingue del resto y proporcionan un uso tremendamente divertido, aunque como ya he advertido, requiere de cierta pericia y experiencia con estos filos tan curvados.
La punta francesa, mi punta favorita por la tremenda precisión para perfilarme la perilla, tiene una factura impecable y a pesar de verse bastante extrema no da sensación de riesgo, está muy bien terminada.
Estéticamente el diseño es soberbio, muy estilizado, en realidad la navaja parece más “joya” de lo que es, porque no aparenta la enorme capacidad de corte y contundencia que hace gala durante el afeitado. El lomo presenta multitud de aristas que acentúan el damasco, terminan en la punta y le dan ese aire tan atractivo. La espiga, en mi opinión, resulta demasiado delgada y quizás y la cola demasiado corta y un poco caída, ya que no sigue la continuidad de la espiga. Creo que una navaja tan grande y funcional requiere una cola más aparente, y por mi forma de coger la navaja (inversa) también me gustaría una cola más tirando al artesano canadiense Ale. Quizás en el próximo encargo…
Aunque parezca sencillo, afilar la punta de una navaja curva resulta de lo más complicado puesto que requiere una atención contínua para dejarla igual que el centro del filo, y se necesitan movimientos en arco y sacar casi la totalidad de la navaja de la piedra para que punta y talón tengan un buen contacto con el abrasivo.
Por último las cachas, en símil de madera de Jarrah, con un diseño muy elegante, estilizado y con que me parece muy adecuado y acorde con la enorme sonrisa de la hoja, y con su interior en material blanco, similar al policarbonato o un acrílico opaco, le da un acabado formidable.
Debo decir que las cachas ha sido un verdadero dolor de cabeza para Drew. En primer lugar realizó unas cachas en Thuya que no me terminaron de gustar. Ante mi objeción y con el objetivo de cumplir mis deseos se sirvió de una madera de tonos rojizos, pero tras un par de intentos la encontró demasiado fragil para la envergadura de esta navaja.
Mirando otras facturas del artesano encontré unas cachas en madera con un acabado que consideré lo suficientemente vistoso como para vestir este acero de damasco. Se trataba de simil madera de Jarrah, no demasiado clara, ni demasiado oscura, con tonos rojizos, con una veta agradable y sutil, y con un acabado pulido brillante. Drew acertó en su diseño, rematando con un acabado interior blanco y un separador metálico. Estoy seguro que descansó cuando le dí el visto bueno ya que las cachas le estaban dando más trabajo que la hoja de damasco. Por cierto, el incremento de trabajo no tuvo ningún incremento en el precio final. Bien por Drew.
EL AFEITADO
Ya me lo había advertido el artesano Drew, copio sus palabras y traduzco a continuación:
She’s a pretty one if a little on the big side really glad you like the look of her Fran.
I can say that even though she’s a big girl she’s really easy to move around your face and god she’s sharp!!!
Ella es bonita aunque un poco exagerada realmente me alegra que te guste la apariencia de ella, Fran.
¡Puedo decir que a pesar de que es una niña grande, es muy fácil moverse por tu cara y Dios, es afilada!
En la mano se aprecia la belleza con mucha más claridad, los reflejos no se muestran en fotos, sin embargo al moverla en la mano y comprobar los detalles, los contornos y las aguas del damasco auguran la adquisición de una pieza única, está muy bien terminada, pero sobre todo se trasmite ese toque artesano que cerciora que ninguna máquina es capaz de hacer, como si la energía del artesano estuviera implícita en la pieza. El peso es sorprendente, y a pesar de ser “solo” 1/4 hollow, el empaque y presencia, y también afeitado, es igual a una cuña completa o cuña estilizada. Personalmente me encantan las sensaciones de una “NEAR WEDGE” y considero que no podía haber elegido una mejor configuración.
El afilado de esta navaja es impecable, solo hay que ver el bisel. Vaciar y afilar una navaja tan sonriente no es ninguna broma, requiere de mucha pericia. La suavidad y contundencia del filo está garantizada como se confirma más adelante.
Barba de dos días, lo normal. Como siempre hago en el estreno de una nueva pieza, el jabón elegido es mi primer “buen jabón de sebo” desde mi inicio en el Afeitado Clásico ademas uno de mis aromas favoritos, el Eufros Tobacco. El pobre está en las últimas y lo dejo siempre para estos menesteres. El after es el Saponificio Varesino Manna de Sicilia, que además aporta notas de flor de tabaco y marida perfectamente con cualquier jabón.
El asentado de la navaja ya sugiere cierta experiencia. Quizás no hacía falta, pero no deja de ser parte del ritual, digamos que es el “calentamiento” y toma de conciencia ante el importante hecho que está a punto de ocurrir. La acentuada sonrisa implica usar el asentador con un movimiento de arco para que todo el largo filo asiente en el cuero, ya que sin ese movimiento asentaremos solo la parte del centro, por el mismo motivo requiere que surquemos de punta a talón puesto que la navaja se sale del asentador y por tanto hay que supervisar el contacto con el cuero por todo el bisel. Sinceramente, en estos casos me resulta más fácil un asentador de 5 o 6 cm que uno ancho, ya que al ser más estrecho se percibe mejor el deslizamiento y la zona del filo que estamos trabajando.
Tras el espumado en cuenco y aplicación en la cara procedo con el tradicional inicio de la patilla… de pronto…coño, que raro me siento, mi mano tapa el espejo y esto no me suele ocurrir…
Pues esta sensación de “novato” de taparme yo mismo en el espejo es la que he sentido al apoyar la navaja en la cara. No me ocurre con las navajas mas “tradicionales”, sin embargo, la enorme sonrisa obliga a levantar un poco más el brazo de lo usual lo que hace meter la mano en la trayectoria de la mirada. Es cuestión de adaptación, solo con girar un poco la cabeza frente al espejo ya se puede tener una clara referencia de donde empezará el pase.
El primer contacto con el filo ha sido casi imperceptible, muy suave y muy contundente, entonces es cuando he apreciado que el peso y la firmeza de la hoja, junto con un filo excepcional entre eficacia y suavidad, ya iniciaban un excelente trabajo.
Desciendo por la patilla encuentro que la zona de trabajo corresponde al 1/3 del filo de la punta francesa, al contrario de la mayoría de hojas que permiten apoyar el recto filo, esta navaja debido a su sonrisa parece trabajar por secciones, distinguiendo la zona de la punta, el centro, y el talón, según la zona de la cara a rasurar. Al parecer se trata de una navaja muy especialista, invitando a usar una zona concreta del filo según el contorno de la cara a afeitar. Creo que esta versatilidad la hace algo más precisa que lo usual, y sobre todo muy apuradora dado que se adapta muy bien a los distintos contornos de la cara, tanto que con un solo pase a favor no hubiera necesitado un segundo pase lateral.
Mis pases mecanizados no eran iguales que de costumbre, la navaja invitaba a improvisar y la trazada se hace ligeramente más curva y también más larga dado el poder de avance del filo. Me daba la sensación de que este acero requería un estilo propio de afeitado alejado del rígido estilo tradicional, digamos estilo libre. Esta navaja de amplia sonrisa invita a reinventarse ataques diferentes, y sobre todo, mayor polivalencia y capacidad de diversión.
Las pasadas laterales son muy eficaces justo por esa tremenda sonrisa del filo, ya que se adapta muy bien al giro de la muñeca y movimiento natural de la mano. De la misma forma que una katana japonesa, la filosa curva permite avanzar con pasadas largas y lentas, segando el pelo sin compasión y sin sensación de que se vaya a detener en todo el trazado. Al contrario que los filos rectos, la banda rasurada es ligeramente más estrecha que con un filo recto, sin embargo queda más apurada porque la contundencia del filo actúa en una zona concreta del rostro. Además el pase es más largo y con cierta tendencia circular. he sentido que el apurado con solo una pasada es tan extremo que no necesitaremos retoques de ningún tipo.
Es en la zona del mentón y del cuello donde este acero curvado brilla con máximo esplendor. Las zonas más complicadas se tornan muy sencillas dada la gran adaptabilidad de la navaja, y es cuando saca a relucir unas virtudes maravillosas. La navaja se siente muy cómoda y tremendamente versátil, ya que atacando con la punta, con el centro o con el talón, siempre encontramos una adaptación perfecta del filo a la zona a rasurar, invitando a hacer de forma espontanea un cómodo contrapelo.
Los contornos e interior de la perilla son un mero trámite para la punta francesa, la precisión y corte de esta punta está fuera de dudas, perfilando con alta confianza las lineas exteriores de la “mini-barba” y vaciando la zona de debajo del labio con una contundencia absoluta.
El segundo pase, en mi caso el pase lateral, ha sido mero trámite ya que no había nada que cortar. Este segundo pase de navaja no ofrecía ningún sonido sordo del rasurado. Entendí que el primer pase ha dejado un apurado tan extremo como en pocas ocasiones había visto y me percaté de la enorme potencia de esta hoja. No solo se trata del el excepcional afilado-suavizado, sino que la extraordinaria contundencia de la hoja debido a su cercanía a la cuña, lo que lleva aparejado una total ausencia de vibraciones y una suavidad de corte extrema. Considero que las sensaciones que transmite esta navaja están a la altura de mis mejores piezas.
NOBLEZA, es la palabra que define a esta hoja. En ningún momento del afeitado he visto el menor aviso, o indicio de corte, ni siquiera un punto rojo, sino que suavidad y contundencia permanecen en la mano del usuario en todo momento, otorgando unas sensaciones de seguridad muy altas, y permitiendo “echar el filo a la cara” sin atisbo de temor a cortarse.
Tras la retirada de la espuma de confort compruebo que no solo ha sido un afeitado escandalosamente divertido, adictivo y un tanto desafiante, sino que mi cara está perfectamente apurada, sin secuelas de irritación, haciendo de la aplicación del after-shave un mero trámite.
Al acabar mi ritual de afeitado tenía una sensación de satisfacción y de diversión tremenda. Al limpiar la hoja y secarla detenidamente, me recreaba de nuevo en ese patrón “twister” de damasco tan original, podía sentir la potencia de esta “hacha”, esa sensación de poderío que transmite una navaja de semejante calibre.
Volver a introducir mi navaja artesana Drew Dick “Double D” en mi semanario me produjo una sensación de enorme satisfacción. Esta navaja no solo proporciona la belleza y originalidad exigida como para permanecer en mi caja, sino la gratificante diversión que hacen de cada uno de los afeitados una experiencia mucho más mística que la mera rutina de aseo.
Un cordial saludo. Fran GTS.