Hola, compañeros.
Una de las cuestiones más típicas sobre las que me consultan compañeros que quieren empezar en esto de las manualidades, es sobre el modo de separar una hoja de las cachas, a poder ser sin causar grandes daños.
Bien, aprovechando que esta mañana me lo han vuelto a preguntar, tenía a mano navajas para desmontar y media tarde libre, pues ahí va una respuesta más desarrollada y visible para todo el mundo.
Lo primero, comentar que no es el único modo de hacerlo, ni mucho menos, pero a mí es el que mejor me va, hace ya muchas navajas que no rompo ninguna cacha, incluyendo algunas cuyo aspecto hace tragar saliva antes del primer martillazo.
Comenzamos con los materiales necesarios:
Y vamos con los pasos a seguir:
Aplicación de lubricante/desincrustante (1). Lo ideal sería tener un recipiente donde dejar sumergida la navaja al menos una noche. Productos indicados, muchísimos, simplemente habremos de tener precaución con algunos que puedan dañar las cachas. Vuelvo a recomendar el aceite de silicona. Nos vendría de lujo para todo, ya que no ataca prácticamente ningún material, es un reparador vinílico fabuloso, desincrustante, lubricante, desoxidante… No lo veis en la fotografía porque lo acabé el fin de semana
Protección de las cachas con cinta de carrocero (6). Valdría casi cualquier tipo de cinta, pero esta se retira facilísimo sin residuo alguno. Protegemos las zonas más cercanas a los remaches que vamos a limar, por si se nos escapa la herramienta, y además, mantendremos cerrada la navaja, no vaya a abrirse en el proceso y tengamos un susto.
Con la navaja ya protegida, cogemos la lima (2) y rebajamos bien el remache, la parte que, en fábrica, han ensanchado a base de golpes. Prácticamente siempre estará en el reverso de la navaja, sean los pasadores el típico pin que utilizan casi todos los fabricantes contemporáneos o el más clásico sistema de barrita y arandelas.
Se trata de eliminar la cabeza del pasador para que, con el diámetro disminuido, pueda volver a deslizarse por el agujero de las cachas y espiga. Al limar, varilla y arandela parecen fundirse en una pieza, pero, como se puede apreciar, al primer golpe de martillo el pasador comienza a hundirse.
Ahora lo inevitable, cogemos el martillo🔨 (4), colocamos la parte intacta del pasador generalmente la del anverso, en el agujerito del yunque (3) y nos disponemos a golpear dicho pasador por el lado opuesto, el que hemos limado, acompañado de un útil tipo punzón (5).
Hay muchos objetos que pueden cumplir esta función, a mí me resulta especialmente práctico un cabezal Torx lijado para la ocasión.
Pero vamos, un clavo (de acero inoxidable por aquello de que no se doble fácil) con la punta cortada y de no más de milímetro y medio de grosor sería ideal.
Al ir golpeado, por el lado opuesto el pasador va saliendo. En este caso, deja entrever el sistema con doble arandela que tenía. Está navaja luce una construcción muy cuidada.
Pues ya está. En un rato hemos desmontado dos navajas de manera bastante segura. Flipantes las cachas de la japonesa . Si existe, @CRISANTO tiene una, jajajaa…
Esto es todo, amigos!!
Espero que os resulte de interés. Abrazo!!