Bonito ese Bambino 
No vuelvo a pararme en ningún escaparate más …
Resulta que ese Racer de titanio aunque no es automático y está descatalogado también tenía su “no sé que” y se ha venido con nosotros.
Mecagüentoconlosputosrelojes !!!
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Ainsss!! Si es que somos como niños…(pero sin él como)
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Pues ya se han venido dos mas de ese mismo mostrador además de un tercero que salio al paso por el camino…
Este mes me he “descocao” un poco, intentaré no volver a mirar un escaparates de relojes…
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Vaya carrerón llevas 
. ¿Los regalan o qué?
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No, pero cuando te ingresan en un hospital cinco días piensas mucho, no nos damos cuenta pero hasta sin querer nos metemos en un vorágine de “responsabilidades” que nada tienen que ver con las pequeñas cosas que nos hacen felices…
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Muccho te gustan los Orient…
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Prometo que ya no os daré mas la brasa, pero permitidme que os cuente una historia muy bonita de un reloj que compré a medias con un amigo en el 2009 y que tiene una historia muy especial.
Mi amigo Diego antes de jubilarse tenía un centro de representaciones junto con sus hijos y era quien llevaba en la zona de Cádiz la casa para la que yo trabajaba por aquel entonces, a pesar de los mas de 30 años de edad que nos llevamos de diferencia siempre fue mi amigo, teníamos y tenemos gustos parecidos, nos encanta la buena mesa, la guasa y el cachondeo, la buena gente y somos amantes de nuestras respectivas familias.
Cuando se quedó viudo lo pasó muy mal, no salió la hierba en el camino de Mérída a Cádiz durante mucho tiempo, hasta que poco a poco y con el transcurso de los años fue saliendo del bache (si es que se puede salir de algo así) nos llamábamos por teléfono y seguimos haciéndolo casi diariamente para hablar un rato, aunque sea del lomo en manteca, del mormo de atún o mandarnos chorradas por whatssap para reir un rato.
Cuando murió mi padre, a pesar de creerme adulto por tener por entonces mas de 40 años me encontré muy solo, me faltaba algo, no había forma humana de llenar el hueco que él dejó, esto solo lo sabe quien ha tenido la desgracia de perder a su padre… Diego estuvo muy pendiente de mi y de mi familia, siempre me aconsejó bien, me ayudo, me llamaba continuamente para ver como me encontraba, se preocupó de mi mucho mas que gente de mi propia familia. A pesar de tener por entonces mas de 70 años y ser un nefasto conductor (siempre lo fue) cogía su coche desde Cádiz, se plantaba en Mérida por el mero hecho de comer con nosotros y se iba al día siguiente…
Un día dando un paseo por el Puerto de Santa María con su actual compañera, mi esposa y mis hijas vimos a un “moreno” intentando vender relojes a la hora del café pero con aspecto de no haber metido nada caliente en la tripa todavía, le pregunté el precio y le pedí a mi amigo la mitad del dinero para comprar un reloj.
De inmediato empezó con el cachondeo, que para que coño quería un reloj tan malo, que si tan mal me iban las ventas como para tener comprar un reloj a medias y todas esas cosas aparentemente sin sentido (pero lleno de él) que alguien que no sea gaditano o allegado no logra comprender aun sabiendo a ciencia cierta que se están cachondeando de uno, menuda guasa.
Con un bolígrafo puse nuestros nombres, la fecha de compra y escribí la “norma fundamental” en la pulsera por detrás y le dije, este reloj es de los dos y a partir de ahora el que lo tenga, tiene que llevárselo al otro cuando lo disfrute dos meses.
Pues ya no funciona hace muchos años, tiene el cristal roto, sigue siendo igual de malo y además tiene mas kilómetros encima que un autobús de linea, hay veces que tardamos algo mas y otras algo menos, pero cada vez que podemos nos llevamos el puñetero reloj el uno al otro y eso es muy de agradecer a un amigo octogenario al que tienen que traer y llevar haciendo en ocasiones viajes muy puñeteros debido a los achaques de su edad.
Para mi es un privilegio, un orgullo y un placer tener amigos como Diego.
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Pues tienes razón … una historia muy emotiva y muy humana … 
“Quien tiene un amigo tiene un tesoro” … nunca más cierto …
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Y que siga acumulando kilómetros sí señor.
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Buena historia 
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Ese reloj viejo, con cristal roto y con muchísimos kilómetros, vale una fortuna, como la amistad que tenéis los dos.
Que dure muchos años más aunque sea con achaques
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Ole!!
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Muy grandes!!!
Q historia mas bonita
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Bonita historia!!!
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Hoy el Seiko Kinetic
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Muy emotivo si señor. Lo Soledad es una enfermedad de este siglo XXI y gestos como ese son de agradecer en las buenas personas
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