El afilado progresivo tiene por objeto el que la mayor parte de la eliminación del acero se hace mediante un rápido afilado sobre una piedra de grano grueso o incluso muy grueso, posteriormente dicho afilado continua y progresa a través de una serie de piedras de afilar cada vez de grano más fino y más lentas, que permitirán la mejor definición del filo. El número de piedras es arbitrario. Hay quien utiliza muchas piedras con pequeñas subidas del tamaño de grano y quien elige hacer grandes saltos en cuanto a tamaño de grano se refiere.
La elección de la primera piedra de afilar en la progresión y el saber hasta cuándo debe de utilizarse para pasar a la siguiente, son aspectos ambos clave para el éxito. El afilado progresivo es una cadena secuencial: Si uno de sus eslabones es débil hará que lo sea toda la cadena.
En el afilado de una navaja de afeitar puede que sea preciso realizar todos los procesos siguientes:
1º.-Eliminación de mellas
2º.-Creación del bisel.
3º.-Afilado del filo
4º.-Acabado o terminación del afilado del filo.
5º.-Pulido del filo.
6º.-Asentado del filo.
La obtención de la nitidez de corte de una navaja de afeitar se divide normalmente en tres fases:
1ª- formación del bisel,
2ª- afilado propiamente dicho
3ª- pulido final del filo.
La inmensa mayoría de navajas de afeitar en el mercado se vende con el bisel ya formado, pero hay casos como las navajas con mellas y fisuras, las navajas de afeitar oxidadas, y las barberas con hojas estropeadas por la muela abrasiva giratoria, en los que el bisel se debe crear de nuevo.
Esta fase se realiza con piedras de grano grueso: Normalmente, de grano 1000, e incluso 800 o inferior si el daño es extenso y se desea proceder con mayor rapidez.
La segunda fase es la que se realiza con una piedra de afilar con un grano medio: 3000, 4000, incluso también 6000. Al final de esta fase, la navaja corta, pero no es cómoda en la cara.
La tercera etapa se refiere al pulido final, y es la que se realiza con piedras de grano muy fino: 8.000-12.000 incluso superiores y sirve para pulir el filo y que este sea cómodo y agradable en la cara del usuario de la navaja.
Miles de palabras se pueden decir y escribir acerca de cómo y cuándo pasar de una fase a otra,
Pero no necesariamente han de realizarse los seis pasos iniciales anteriores cada vez que se afila una barbera sino que dependerá del estado en que esta se encuentre.
A continuación se indica en que consiste cada uno de esos pasos.
Eliminación de mellas: Cuando el filo ha sido maltratado, aparecen las mellas, como consecuencia de golpear la hoja u otras causas y a pesar de que el acero es muy duro, a la vez esa dureza le confiere gran fragilidad. Eliminar las mellas es parte del proceso de restauración de una hoja de una barbera, se suele hacer con lijas o piedras de grano grueso menor o igual a 1000 K.
Creación del bisel: Es el inicio del proceso de afilado, en una hoja sin mellas, el objetivo es crear una “preforma” del filo, dando ya el ángulo que formaran las caras del bisel, se hace con piedras de tamaño de grano entre 1000 K y 3000 K.
Afilado del filo: se considera el afilado en sí o propiamente dicho, se parte de la preforma creada, el bisel, ya constituido al que se va afinando su arista o borde, se usan piedras entre 3000 K y 8000 K de tamaño de grano.
Acabado del filo: Constituye la fase final del afilado, el último paso en el que no se va a eliminar metal de manera significativa, es el que deja el extremo del bisel, el filo, con su agudeza final, se utilizan piedras de tamaño de grano 8000.K en adelante.
Pulido del filo: Con el se comienza a dar suavidad al filo, se puede hacer con piedras de grano muy fino, igual o mayor a 10000 K o también con pastas de afilado aplicadas sobre cuero o una tablilla de madera de balsa, generalmente este es el paso a partir del cual se inicia el afilado en las navajas que han ido perdiendo el filo con el uso en el afeitado para refrescarlo o reavivarlo.
Asentado: Fase final del pulido del filo, normalmente se realiza sobre una banda o tira de cuero. El cuero, aunque no lo parezca, es ligeramente abrasivo y de un grano extraordinariamente fino.
El filo una vez afilado y pulido se pasa por el cuero para suavizarlo hasta un extremo que con piedras o pastas es casi imposible lograr y que lo hace agradable al pasarlo por la cara, el repetir éste paso con cada uso de la navaja hace que ese filo se mantenga de forma idónea durante más tiempo. Sin asentado, el filo de una navaja dará tres o cuatro afeitados suaves, el resto serían un suplicio debido a los tirones de la navaja al intentar cortar el pelo de la barba.
Así a la hora de afilar y dependiendo del estado del filo de la barbera puede encontrarse con los siguientes estados de la navaja.
Cuando el filo este muy maltratado y con mellas, hay que comenzar con tamaños de grano bajos inferiores a 900 K.
Después los granos entre 1000 K a 2000 K están bien para establecer el bisel.
Utilice los de 4000 K a 6000 K para el afilado del bisel.
Seguidamente los de 8000 K a 10000K para el pulido del filo y a partir de ahí,
Pastas o piedras ultrafinas de granos superiores según sus gustos y presupuesto.
En cuanto al número de pasadas o trazos de la hoja necesarios con la piedra de cada grano no se puede precisar: “Pasadas, las que demande la navaja”.
Si está eliminando una mella, hasta que la mella desaparezca.
Si quiere hacer el bisel, hasta que esté bien marcado y perfilado. No es lo mismo hacer un bisel desde cero, que refrescar un bisel que se ha perdido en parte.
Si lo que pretende es realizar un pulido pues se va cambiando de piedras o diluyendo el barrillo sobre todo si utiliza una piedra belga Coticule hasta notar que la navaja ya no roza igual sobre la piedra y se desliza con más suavidad.
Para el que quiere iniciarse con las navajas al leer esto, quizás le parezca demasiado complicado y puede ocurrir que se desanime inmediatamente con tantos pasos o fases. Sin embargo, o por lo menos inicialmente se pueden reducir estas fases a solamente tres: bisel, pulido, y asentado, utilizando únicamente tres piedras de afilado.
Piedra de grano grueso
Esta piedra tiene dos funciones muy importantes.: establecer el bisel y reducir el tamaño de los arañazos que persisten de la piedra de rectificado. Aquí se recomeinda una piedra japonesa al agua de grano 800 aunque esta piedra será aún mejor elegirla de grano 1000.
Las piedras combinadas que traen un tamaño de grano diferente por cada cara, son una alternativa económica cuando se empieza y todavía no se tiene claro que sistema de afilado terminará adoptando. Pero se desaconseja la compra de estas piedras debido al claro riesgo de contaminación entre los granos con el perjuicio que supone en el afilado.
Entender el propósito y sentido de afilar de las barberas no consiste simplemente en que las navajas corten sino en que dejen la superficie como el reflejo del afilado que se ha realizado, y es en este punto, en el que muchos afiladores que se creen más profesionales, tropiezan. Sorprendentemente un acero pulido como un espejo no es necesariamente sinónimo de un filo perfecto. La calidad y destreza demostrada en el afilado se representa por la finura que pueda alcanzar el punto en el que converge el dorso y la superficie del bisel de afilado, en la hoja la punta de este es la que forma el verdadero filo de la navaja.
En esta categoría se debe incluir otra piedra de gran importancia, la de grano 2000 en sinteticas o la Aoto en piedras naturales japonesas. Tras el uso de la piedra de grano 1000, se debe suavizar el corte producido sobre el acero con una piedra de grano en torno a 2000. Esta piedra aporta una gran ventaja en la transicion a la siguiente piedra más fina eliminando arañazos profundos. También se podría utilizar una de 3000 pero ya es demasiado fina y lenta para la transición o para el corte en la preparación inicial de las caras del bisel.
Para lograr esto siempre se requieren varios factores: La delicada estructura del acero que se afila. La calidad y pureza de la piedra que se use en el afilado, la experiencia y conocimiento que se vuelquen en el proceso y no menos importante, la generosidad humana que se posea. Quienes hayan deseado abandonar la mediocridad en sus trabajos, habrán descubierto la diferencia entre una navaja que corta y una que esta afilada.
Piedra de grano medio
Esta es posiblemente la piedra menos necesaria de todas ellas pero cuando se quiere elevar el nivel de los afilados se convierte en un pilar fundamental del proceso. Básicamente, se puede decir, que afilar es frotar una superficie de acero contra un material abrasivo que lo pueda cortar, sin descartar otros sistemas de afilado, aquí se trata básicamente las piedras japonesas al agua. Y a continuación hay que decir, que ese corte sobre el acero se va desarrollando a través de partículas abrasivas de diferentes tamaños hasta llegar al pulido del metal.
Cada tipo de grano en cada piedra que se usa deja una superficie o perfil rugoso en el metal, ya sea el dorso o anverso del bisel. El aspecto de la punta que forman esas dos superficies (dorso+amberso=filo) se reflejara en el tacto de la piel. Si se mira el filo de la navaja con un microscopio se puede ver que en realidad tiene una imagen semejante a una hilera de puntas o microdientes de un aspecto similar a vvvvv, el objetivo es reducir el tamaño de esas puntas o microdientes y suavizarlo tanto como sea posible para que llegue a ser homogéneo y de un aspecto similar a ------------- es decir una linea recta… La eliminación de los arañazos o rayones dejados por las piedras de la superficie de (dorso+anverso=filo) es comparable al trabajo de pintar una pared, si hay un color o tono diferente bajo el color que deseamos establecer, tendrá que utilizar mas capas o tonos progresivos para evitar que se transparenten los colores del fondo del mismo modo sucede con arañazos y rayones.
El dilema surge cuando se decide pasar de cortar ese metal con un grano 1000, por ejemplo, a un grano 10.000. ¿Que ocurre? La consecuencia es un filo con cierto porcentaje de su superficie pulida pero con profundos arañazos que no se han podido eliminar o suavizar, lo que equivale a un filo irregular con la punta poco fina. Al mismo tiempo se requiere un mayor esfuerzo para que el metal adopte el perfil que deja el grano 10.000, más tiempo de trabajo y mayor desgaste de la piedra 10.000. Ni que decir tiene que cuando se trata de acabar el afilado con cuero y pasta abrasiva (oxido de cromo), esta, para muchos es una tarea estéril y obsoleta y lo único que consigue es sacar brillo al metal, al pulirlo de esa manera parece que corta mucho al principio pero enseguida pierde su capacidad, porque en realidad lo que esta haciendo la pasta es redondear el filo.
Esta es brevemente la explicación que recae sobre la introducción de una piedra intermedia antes de pasar al asentado del filo. Si se elude el uso de esta piedra, conseguirá que sus navajas corten con eficacia pero a un nivel de suavidad muy inferior a lo que seria un afilado académicamente ortodoxo.
Dependiendo del juego de piedras que se desee tener, escoja esta piedra de grano entre 3.000 y 6.000.
Probablemente una de las mejores piedras en esta categoría sea la Naniwa Chosera de grano 3.000. Es una piedra que corta metal muy rápido dejando la superficie sorprendentemente uniforme, lo que es un gran avance para pasar al siguiente grano en poco tiempo. Sin embargo es posible que no elimine totalmente los arañazos de una piedra anterior de grano 1000 o inferior, por esta razón, es muy beneficioso tener a mano una piedra de grano 2000 o emplear más tiempo con esta Naniwa 3000.
Piedra de grano fino.
A diferencia de lo que se creía durante mucho tiempo, esta piedra no es la que define la calidad del afilado, si no el proceso anterior seguido a ella y la habilidad que se tenga para aplicar la técnica. Por eso reiterar la importancia de la sucesión de tamaños de granos que se ha empleado hasta este punto.
En muchos manuales se puede leer que el afilado consiste en hallar la combinación perfecta entre piedra y acero. Esto quiere decir que una misma piedra no va a responder con el mismo resultado ante todos los tipos de acero, y solamente la experimentación y la sensación del usuario al afilar podrá determinar cual es ese matrimonio bien avenido. Cuando se trata de aceros occidentales, el dilema se resume bastante porque hoy en día las navajas occidentales de calidad suelen traer hojas con un tipo de acero muy similar o parecido. Con estos aceros, no es difícil acertar usando piedras sinteticas japonesas, casi todas funcionan bien y el emparejamiento ideal dependerá mas del gusto del usuario por el comportamiento de la piedra que por el corte que realice esta.
Con los aceros y piedras naturales japonesas el problema se multiplica con las piedras de acabado. Hay mucha diferencia entre los distintos aceros forjados a mano y las piedras obtenidas de diferentes canteras. Lo ideal seria que a la hora de adquirir una navaja, el vendedor o el propio artesano, comunicase cual es la piedra natural más adecuada para ese acero en particular, o mucho mejor, tener la oportunidad de probar la piedra in situ, pero para esto habría que darse una vuelta por Japón.
Las piedras naturales tienen un coste muy elevado, sin embargo al iniciarse, no es imprescindible gastarse una fortuna para tener una piedra de acabado o grano muy fino. Hasta ahora se han comentado varias piedras dando por hecho que la buscará sintética, si se lo puede permitir, seria ideal que esas mismas piedras las consiguiera naturales cuando trabaje con aceros de alta calidad para llegar a un afilado exhaustivo.
En esta categoría de piedras, una recomendacion económica para quien empieza a afilar por su cuenta a mano, es la King de 8.000K, es una piedra blanda que hay que hidratar sin miedo y suele dar resultados satisfactorios. Para muestra, un botón. Si se desea buscar una piedra de mayor calidad, quizas la más aconsejable seria la Naniwa Jyunpaku, es una piedra cerámica con resultados y tacto que nada envidian a su hermana la Naniwa Chosera de grano 10.000, por menos de la mitad de su precio. De ahí que no se de a conocer extensamente excepto entre los circulos mas exigentes de artesanos rigurosos. La piedra puede tener una base de plástico, aunque hay quien prefiere que no tenga base porque así se dispone de dos superficies planas retrasando el momento del rectificado. De todas formas en la práctica la base de plástico tampoco supone ningún contratiempo.
La piedra fina que se use sera la responsable del afinado o pulido del filo. Esta función se da al suavizar el punto de encuentro entre las dos caras del bisel dejándolo tan fino y pulido como sea posible.
El hecho de cortar una superficie de metal con un abrasivo genera un cúmulo de metal hacia la superficie opuesta, esto es comúnmente conocido como rebaba. Es algo tan simple como cuando se emplea una lima para matar las aristas de alguna pieza metálica mecanizada, los cortes en esa pieza metalica han conseguido que dos superficies converjan en un punto donde no existe grado, es decir, si se continua cortando una de esas superficies se desprende metal hacia la otra y viceversa. La rebaba es el indicador mas fácil de reconocer para advertir que el filo es correcto, esta rebaba se crea en las piedras anteriores, y la piedra de acabado pule esas superficies cortando una ínfima cantidad de acero para que se desprenda la rebaba sin seguir acumulando metal siempre que la navaja se pase en la piedra por las dos caras de la hoja en cada pasada. Si la rebaba se arranca bruscamente y no se emplea una piedra fina, el borde del filo permanecerá quebrado y perderá su capacidad de corte mucho antes porque en el afilado se aplicará más presión de la que seria necesaria con un filo perfecto.